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miércoles, 25 de enero de 2012

La nuit de la clandestinité (BD)


Probar, equivocarse, pensar qué se ha hecho mal, rectificar, volver a probar, volver a equivocarse, volver a… avanzar. De eso se compone la vida, sin más. Y la mía, especialmente.
En el 2006 “La nit dels clandestins” era un proyecto de serie, finalista de un concurso de ideas, que la televisión que lo convocó, tuvo en cuenta pero que, a la postre y por motivos escasamente sólidos, quedó en nada. Después – en 2008 creo - fue un proyecto de miniserie que despertó cierto interés que acabó diluyéndose. Me gustaría pensar que comenzó a convertirse en novela en 2010, por aquello de los años pares, pero nadie en la base lo recuerda bien. Sí hay datos de que a finales de 2011, sobrevuela la Melchor Mombo Co. la idea de que, realmente, en lo que debe convertirse es en un tebeo. Y en eso, entre otras cien mil cosas, estoy, en este inicio de 2012.
Pruebas de color en media página (6A) de “La nuit de la clandestinité” (2012). Proyecto para presentar en Francia.
  
Provar, equivocar-se. Pensar què s’ha fet malament, rectificar, tornar a provar, tornar a equivocar-se. Tornar a... avançar. D’això és composa la vida, sense més. I la meua, especialment.
Al 2006 “La nit dels clandestins” fou un projecte de sèrie, finalista a un concurs d’idees, que la televisió que el convocà, va tenir en compte però que, a la fi i per motius escassament sòlids, quedà en res. Després – a 2008 crec – fou un projecte de minisèrie que despertà cert interès que acaba diluint-se. M’agradaria pensar que començà a convertir-se en novel·la al 2010, per allò dels anys pars, però ningú a la base ho recorda bé. Si hi ha dades de que a finals de 2011, sobrevola la Melchor Mombo Co. La idea de que, realment, en el que deu convertir-se es en un tebeo. I en açò, entre altres cent mil coses, estic, a aquest inici de 2012.
Proba de color en mitja `pàgina (6A) de “la nuit de la clandestinité” (2012). Projecte per presentar a França. 

lunes, 16 de enero de 2012

Ed Shark, un amigo


Inaugura web en esta nueva singladura, es un gran tipo - en todos los sentidos - y a mi me gusta, y mucho, todo lo que nace de su imaginación.
Espero que le vaya muy bien en su nueva travesía – sobre todo para que pueda permitirse pagar un estudio propio y dejar de venir a “The Company” a dibujar -.
Con todos ustedes Ed Shark.
  
Inaugura web a aquesta nova singladura, és un gran tipus – en tots els sentits – i a mi m’agrada, i molt, tot el que naix de la seua imaginació.
Espere que li vaja molt bé a la seua nova travessia – sobre tot per que puga permetre’s pagar un estudi propi i deixe de vindre a “The Company” a dibuixar -.
Amb tots vostès, Ed Shark

miércoles, 11 de enero de 2012

Cuento catarsis


En lucha con mis fantasmas internos, aparece esto.
  
En lluita amb els meus fantasmes interns, apareix açò.

Fermín escribe
Fermín escribe. Desde casi siempre. Tal vez desde que aquel día, con los otros niños, descubrió que solo alterando su orden, el significado de las palabras varía. Tal vez, solo, insisto. Y con ese juego como coartada, Fermín escribe.
Más tarde llega ella, que siempre ríe, que poco le importa si Fermín escribe o no. Le importa Fermín. Sin dudar. Obvia fama o gloria, solo quiere que Fermín ahí esté. A su lado. Y Fermín escribe mientras todo fluye.
A lo largo de una vida, no es extraño, asoman premios. A cuentos, sin más. Suficiente. Esbozos de sonrisa afloran ante el orden aplicado a sus palabras. Cantos de sirena, vidas enlazadas al papel, sueños embutidos en lápices de colores… Nada suficiente para que se convierta en su fin. Pero ¿quién dice que importe? Fermín escribe, Sin más. Cada vez mejor, dicen quienes le leen. Aunque son pocos. Casi privilegiados. Les cuesta, a las palabras, dejar el encierro a que las tiene sometidas. Así que, además de escribir, Fermín trabaja. Porque tiene niños, que poco saben de los escritos de Fermín y mucho de las cosas que interesan a los niños de hoy. Indiferente, Fermín no ceja, y entre sopa y tajo, escribe. Y aunque le gusta, poco a poco, descubre que solo escribiendo no se es del todo feliz. ¿Lo sospechaba, dice? Pues claro, solo que ahí quedaba la sospecha, en el limbo de los justos, con Fermín en su idea. Pero sin nadie que te lea, escribir es menos placentero. Porque escribir, como hacer el amor, es un acto generoso, compartido. Así que Fermín se decide. Solo que no sabe como.
Una luz aparece. El gran escaparate. El valhalla desde donde todos podrán leer a Fermín. Si resulta elegido, claro. Él lo cree. ¿Por qué no, si todos, esos pocos, se lo han deslizado en secreto? Así que se esmera, escribe, desde dentro, desde su fuero más íntimo. Se desnuda, y hace volar lo escrito seguro de que es su momento. Y espera. Paciente.
Caen los días. La lluvia llega. Y un día no está en la calle sino en el rostro de ella. Y Fermín pregunta. Y ofrece su hombro a las lágrimas. Y sabe que es irremediable. Así lo cuentan, solemnes, los doctores. Y, ya ves, todo se desvanece ante la noticia. Todo pierde su lugar en el mundo. Y Fermín piensa en qué daría para remontar en el tiempo. Para borrar el dolor. Para volver a la luz ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué…? Nada es suficiente, claro. Ni lo más deseado. Ni lo siempre soñado. Nada. Y la sombra cubre la casa en la que Fermín escribe. Y la noche la sobrevuela. Y ella ya no ríe. Y sus cachorros, perplejos, sobrecogidos, olvidan esas cosas de chicos. Fermín, en cambio y con todo, no puede evitarlo, y escribe.
Es de noche, la prensa digital trae la noticia. El escaparate tiene dueño. Un grande, un lírico, amado por el público, elogiado por la crítica… no es él. Nada que objetar, claro, solo que Fermín se hunde. De la luz a las tinieblas, del blanco al negro. Solo un poco, pero pasa. No sabe expresarse. Nunca podrá completar el ciclo. Las palabras, los elogios, los parabienes los provoca él, no sus textos, se convence. Mil tormentas se desatan, no duerme, se revuelve, se decide. No hay vuelta atrás.
Amanece. Fermín abre su ojo. Mal cuerpo. Busca su escritorio. Enciende un cigarrillo. Abre la ventana. Vuelan hojas, lápices, inspiración… Nunca más, ¿para qué? se pregunta.

Una llamada. Justo esa mañana. “Se han arrepentido” piensa mitad divertido, mitad cruel consigo mismo. Un cascabel al otro lado de la línea. Es ella. Nuevas pruebas. Sorprendentes. Nada de lo diagnosticado. Increíble. El corazón de Fermín sonríe. Él suspira aliviado. No puede creerlo. Tampoco ella. Ni los doctores. Un milagro. Tal vez. Besos, parabienes, felicidad de nuevo. Cuelga. Su interior se revuelve. Conoce la sensación. Y espiando al sol por una rendija de la ventana, Fermín escribe.
Página de “La Era de Acuario” (2011).


Pàgina de “La Era de Acuario” (2011).

viernes, 6 de enero de 2012

¿Es esto el otoño?



La solidez de sus incursiones tras la cámara, de las dos últimas décadas, dejan en el olvido piezas bisoñas en la filmografía de Clint Eastwood. Hoy mismo hemos recuperado una de ellas en el cine de la base.
Aún con sus debilidades, “Primavera en otoño” (Breezy, 1973)  tiene momentos de gran cine y, sobre todo, frases que suscribo, sin dudar, sentado a los mandos del Dakota.
Si mediado el film, una jovencísima Kay Lenz deja sin palabras a un maduro William Holden tras susurrarle “¿Empiezas a creer en lo que ves en el espejo y olvidas lo que sientes dentro? ¿Dejas de sentir porque tu exterior hace que parezcas ridículo?”, algo más adelante, éste comparte un lúcido secreto con ella “Nadie madura, simplemente se cansan”. Ambos saben que por imposible, por ridículo que parezca, olvidar lo que los demás piensan y seguir los dictados del corazón, es la única forma de vivir… Aunque otros muchos se empeñen en bautizar su existencia con la misma terminología.
Collage de fotos tomadas en los hutong de Pekín (2011).
  
La solidesa de les seues incursions darrere de la càmera, de les dues darreres dècades, deixen en l’oblit peces novelles a la filmografia de Clint Eastwood. Hui mateix hem recuperat una d’elles al cinema de la base.
Encara que amb debilitats, “Breezy” (1973) té moments de gran cinema i, per damunt de tot, frases que subscric, sens dubte, segut als comandaments del Dakota.
Si a meitat del film, una jove Kay Lenz deixa sense paraules a un madur William Holden després de xiuxiuejar-li “Comences a creure el que veus a l’espill i oblides el que sens dintre? Deixes de sentir perquè el teu exterior fa que sembles ridícul?”, una mica més endavant, aquest comparteix un lúcid secret amb ella “Ningú madura, simplement es cansen”. Ambdós saben que per impossible, per ridícul que semble, oblidar el que els demés pensen i seguir els dictats del cor, és l’única manera de viure... Encara que altres molts s’empenyoren en batejar la seua existència amb la mateixa terminologia.
Collage de fotos presses als hutong de Pekín (2011).