En la presentación del libro, el maestro de ceremonias, poeta y amante de los tebeos, Luís Alberto de Cuenca, deslizó una frase que, sabiéndola subjetiva, no dejó de llenarme de satisfacción: “Dejen que les confiese mi debilidad por esta historia”. Más tarde, descubrí en este hombre, además, a un gran conversador.
A la presentació del llibre, el mestre de cerimònies, poeta i amant dels tebeus, Luís Alberto de Cuenca, lliscà una frase que, sabent-la subjectiva, no deixà d’omplir-me de satisfacció: “Dejen que les confiese mi debilidad por esta historia”. Més tard, descobrí en este home, a més, a un gran conversador.
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