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miércoles, 10 de diciembre de 2008

¿¡Ya estamos!? Tengo ganas de correr


Que no soy el primer fan de la Navidad es algo conocido en la base. Que no todo me disgusta es lo que no se me acaba de entender. Y es que cada vez que veo desatarse el consumismo en estas fechas de forma desaforada, me entran ganas de trasladar la base a un lugar aún más remoto que estás montañas de Sierra Leona.
Cartel para el concurso de Reyes Magos. Finalista (1994). Corel Draw.

Que no sóc el primer fan del Nadal es una cosa coneguda a la base. Que no tot em disgusta és el que no acaben d’entendre’m. I és que cada vegada que veig esclatar el consumisme en estes dades de forma desaforada, m’entren ganes de traslladar la base a un lloc encara més remot que este muntanyes de Serra Lleona. Cartell per el concurs de Reis Mags. Finalista (1994). Corel Draw.

6 comentarios:

Trenzas dijo...

Eso mismo; no todo me disgusta, pero la fiebre "regalista" me pone fuera de órbita. Mucho más lejos que Sierra Leona :)
Y lo que prefiero es lo del cartel, incluso sin cabalgata. Cuando hay niños cerca es el día más bonito.
Lo de los dibujos animados es terrible. Ni sé las películas que llego a tener. Japonesas pocas, excepto las de Hayao Miyazaki, y alguna otra que no recuerdo al autor ahora mismo.
http://www.autoresdecomic.com/Autores/Marcet/index.html
Esa es la dire de mi tio en Internet. Creo que tiene poco que ver con tu estilo :)
Un abrazo fuerte, piloto

Jordi Peidro dijo...

Encontré la pista de tu tío y de tu primo - su hijo - en la biblioteca de la base. En concreto en el "Diccionario de uso de la Historieta Española" del lúcido Jesús Cuadrado. No hay imágenes pero por lo que se lee allí, imagino que formalmente nos parecemos poco. Ocurre que no es el aspecto visual lo que nos acerca o aleja a los que hacemos tebeos sino algo más relacionado con la forma de entender el medio.
Buscaré en la web que me indicas.

Besos, Trenzas.

Anónimo dijo...

No olvidemos que el mercado consumidor que nos rodea, es la válvula de escape para muchos, que intentan equilibar una cantidad de "otras" carencias. Es sin duda un desastre. Es claro, que solo diluye la posibilidad de regalar, de la mejor manera, con la delicadeza de los pequeños detalles.

Jordi Peidro dijo...

¡Uf, las carencias!
¿Y solo pueden suplirse de ese modo?
¿No sería mejor buscar el origen de esas carencias y acotarlas, interiorizarlas e intentar darles un punto de escape?
Como dice cierto poeta de Montevideo, la vida es más compleja de lo que parece.

Anónimo dijo...

Exactamente,Melchor, no intentaba decir otra cosa. El problema es, que muchos encuentran más fácil de ese modo poco comprometido, intentar hacer algo con las carencias. Solo hacen más grande el problema. Repito, que no hay mejor regalo que aquél que se basa en la sencillez. No es acaso un gesto, una palabra, una carta, una canción, una mirada cómplice, el mejor de los regalos?
Discrepo con ese poeta montevideano, yo diría, la vida es simple, los complicados somos nosotros.

Jordi Peidro dijo...

Grandes regalos son esos. Y siempre más atractivos para mí que el mayor de los bienes materiales.
Al respecto de tu puntualización acerca de la complejidad o no de la vida, es cierto que yo también me debato entre esa dualidad y según está mi talante, hay días en que le encuentro una complejidad tremenda a nuestra existencia y creo que somos los humanos los simples con nuestras reacciones y actos siempre previsibles, y otras en que lo veo al revés y la vida es muy sencilla y somos nosotros quienes la complicamos con nuestras actitudes.
Como ves, mi propia cabeza bascula de un lugar a otro sin llegar a definirse en ninguna de las dos posturas. Prueba esta que parece defender más tu teoría que la del amigo Drexler.