Uno tiene amigos que se dedican de pleno a ello. Y no es que haya aprendido mucho – tan solo a usar los dedos para manejar las vituallas -. Aún así, casi todos los días, me veo obligado a preparar el rancho para los muchachos de la compañía. Y tal vez por aquello del Pisuerga y Valladolid…
Esbozos para un nuevo proyecto (2009).
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