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miércoles, 28 de septiembre de 2011

De la Plaza Roja a Tian’anmen (I)


El cielo de Moscú / El cel de Moscú

Superhéroes en el Kremlin / Superherois al Kremlin
Aquí mismo, al final de estas líneas, el inicio del relato de nuestras aventuras transiberianas. También lo publicará esta gente los domingos, pero por cuestiones de espacio, un número limitado de entregas.
  
Ací mateix, a la fi d’aquestes línies, el inici del relat de nostres aventures transsiberianes. També ho publicarà aquesta gent els diumenges, però per qüestions d’espai, un número limitat d’entregues.



  1. Preludio.

Suena el despertador. Despego un párpado. Las cuatro treinta. Una noche corta. Demasiados eventos, inauguraciones, protagonismos… Todos, justo, la víspera de la partida. Moscú aguarda, y en ella desde ayer mismo, debido a mi obligado retraso, mis dos compañeros de viaje, esperan pacientes mi llegada.
Respiro hondo al tiempo que escucho respirar a mi lado en la cama. Suspiro. Lo que daría por, en este mismo instante, suspender el viaje. Sin ocuparme en lo invertido y si que mi – irrisorio – “prestigio de aventurero” desapareciese por el sumidero del lavabo. Me ocurre. Justo antes de cada periplo. Y aunque después lo disfrute y mucho, en el momento de la partida me encuentro, cada vez, más perezoso. Hoy mucho más. Tantos días alejado de mi nido, tantos kilómetros por recorrer, tantas cosas por descubrir... Me desperezo. Una voz cercana me susurra "¿Ya?". “Si - respondo  - sigue con tu sueño”. Un beso cálido y media vuelta en la cama. Más por no mostrar lágrimas que por seguir con el sueño.
Me lavo y visto con rapidez. Asomo la nariz al dormitorio de mis cachorros. Duermen plácidamente. Me acerco a ellos y los toco con suavidad. Se revuelven en sus camas. Tal vez abren un ojo, pero siguen en los brazos de Morfeo. Salgo. Cuelgo la gran mochila en mi espalda y tomo la de menor tamaño en mis manos. Reviso la bolsa que contiene el pasaporte, recuerdo algo. Por suerte. Busco y tomo el sobre que contiene los dos mil dólares y unos cientos de euros del grupo. Tras bajar mi pantalón, lo precinto alrededor de mi pierna derecha. Excesiva precaución derivada de las charlas y lecturas varias de los últimos días. ¿Por qué todo el mundo te cuenta las situaciones terribles que han vivido conocidos de conocidos suyos en los países que nos disponemos a recorrer?
Lo tengo todo. Lanzo una postrera ojeada a la casa. Serán veintitrés días de viaje. De un mítico viaje que desde la infancia me ha fascinado; el Transiberiano. No el de Vladivostok, sino la versión que llega hasta Pekín atravesando Mongolia y que, técnicamente, se conoce como Transmongoliano. Veintitrés días en los que viajaremos en tren desde Moscú hasta la capital china y en los que aprovecharemos para ver algunas de las ciudades en las que el tren se detendrá. Además de realizar un recorrido por diversas zonas de la Mongolia mas salvaje. ¡Uff!
Salgo. A la puerta de casa ya espera David. David es nuestra gran ausencia. Y a pesar de que lo ha intentado, no ha podido combinar su trabajo y desaparecer del mundo desde mitad de junio hasta mitad de julio. Aun así, se ofreció al instante para llevarme al aeropuerto de l'Altet donde iniciaré la ruta. “Vamos a llorar en el aeropuerto” le advertí. “Ya lo sé. Y me da igual”. Así que, paradójicamente, a pesar de su ausencia inicio el viaje junto a él. El trayecto hasta el aeropuerto es rápido y pasamos el tiempo despellejando políticos locales de manera verbal. No hay muchos comentarios acerca del viaje y tan solo, cuando estamos a punto de llegar, la curiosidad puede más que su frustración por no ser parte del equipo. "¿Donde habéis quedado en Moscú?" es su pregunta. Una pregunta que ya la víspera me lanzaba mucha gente. "En una esquina de la Plaza Roja". Sonríe, como todos, pero no lo acaba de creer.
Facturo la mochila hasta Madrid. Un rápido café en el aeropuerto. Un fuerte abrazo. Lágrimas contenidas y, sin mirar atrás, enfilo hacia la puerta de embarque. Sigo pensando que es una pena que no esté. Creía en el cuarteto indisoluble y a las primeras de cambio...

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