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sábado, 1 de marzo de 2008

¿El sino de mi vida?


Aunque parezca una “boutade”, llevo unos años en que, salvo en muy escasos instantes, mi vida se ha convertido en un “grand guinyol” más que grotesco en el que trabajos, contactos, compromisos, clientes, proyectos… se multiplican de forma aleatoria y se disparan en direcciones tan diversas que consiguen dejarme exhausto al final de cada día. Mi cuerpo ya no es el de aquel adolescente que resistía sin inmutarse los embates de las olas en la proa del cascarón de mi padre allá en el Surinam, o que supo sobreponerse a mil y una heridas de metralla en la mayor contienda jamás vista por el ojo humano.
Me noto mayor, y esa ciática traicionera no ayuda para nada a que logre sobreponerme. Al final, y como me dijo aquel cirujano de Corregidor, en una ocasión mientras me cosía el impacto de las balas japonesas en la boca de mi estómago, “pese a tu envergadura, eres solo fachada, muchacho”.

Ilustración para el anuario de APIV (2005).


Encara que semble una “boutade” porte uns anys als que, llevat d’escassos instants, la meva vida s’ha convertit en un “grand guinyol” més que grotesc al que treballs, contactes, compromisos, clients, projectes... es multipliquen de manera aleatòria i es disparen en direccions tan diverses que aconsegueixen deixar-me exhaust a la fi de cada jornada. El meu cos ja no és el d’aqueix adolescent que resistia sense immutar-se els embats de les ones a la proa de la vella nau del meu pare allà al Surinam, o que va saber sobreposar-se a mil i una ferides de metralla a la major contesa mai vista per l’ull de l’home.
Em note major, i aquesta ciàtica traïdorenca no ajuda per a res a que aconseguèixca sobreposar-me.
A la fi, i con em digué aquest cirurgià de Corregidor, a una ocasió mentre em cosia el impacte de les bales japoneses a la boca del meu estomac, “a pesar de la teva envergadura, tan sols eres façana, sagal”.
Il·lustració per a l’anuari de APIV (2005).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Mombo, lo que usted describe que le pasa es lo más normal del mundo. El tiempo pasa para todos. Lo importante es que usted reconozca que no será la excepción. Pero recuerde, más allá de lo mayor que se pueda sentir y lo traicionera que sea su ciática, piense en todas las cicatices de su "fachada" y descubrirá todas las huellas que consigo lleva, que ineludiblemente y por suerte lo hacen "mayor."

Jordi Peidro dijo...

Gracias por sus comentarios de ánimo con ese discreto tono ácido. Supongo que por la forma en que usted me describe, de un modo u otro, habremos compartido trinchera en alguna de las conflagraciones en que me he visto metido a lo largo de mi vida.
Espero tengamos muy pronto la ocasión de compartir una botella de licor en alguna situación de menor riesgo.